A MIS HERMANAS QUE NO SE SIENTEN REPRESENTADAS
Ayer en el #Tetazo nos expusimos. En la calle, con una
horda de hombres mirando, burlándose, juzgando. Nos expusimos: en tetas o en
remera, gordas o flacas, viejas o jóvenes, trans o cis. Todas mujeres.
Desde un colectivo que pasaba, una mujer nos gritó:
“No me representan”.
Frase recurrente, hecha hashtag, que se usa para abrir
o cerrar juicios de valor sobre las que nos manifestamos.
Hoy te pregunto, mujer-anónima-no-representada ¿quién
te representa?
¿Tu marido, cuando te “ayuda” (en el mejor de los
casos) con las tareas de cuidado?
¿La tele y las revistas, cuando te muestran solamente
cuerpos perfectos, mujeres decorado y hombres que no dejan hablar a sus colegas
mujeres?
¿La iglesia, cuando te explica que la mayor virtud
femenina es ser casta, pura y obediente?
¿Tu jefe, cuando te paga menos que a tus compañeros
varones y te pregunta si pensás quedarte embarazada para ver si te contrata?
¿Tu médicx o tu enfermerx, cuando te grita “te abriste
de piernas, ahora bancatelá” durante el trabajo de parto?
¿Los hombres, cuando te aplauden y felicitan porque
vos sos "una mujer de verdad, una dama" cuando decís que sos
"femenina, no feminista"?
¿Tu escuela secundaria, cuando define cómo tenés que
ir vestida para no “provocar” a tus compañeros varones?
¿La publicidad, cuando te muestra cantando y sonriendo
mientras limpiás inodoros?
¿Tu novio, cuando te hace rabietas porque salís con
escote?
¿Tu psiquiatra, cuando te receta antidepresivos antes
de que abras la boca?
¿Las películas de Disney, cuando te enseñan que las
princesas se quedan esperando a que alguien las rescate?
¿El Estado, cuando te encarcela si decidís abortar y
te abandonda si decidís ser madre, cuando no te escucha si denunciás
violencias, cuando te castiga por defenderte?
Pero vayamos a lo importante. El FEMINISMO te
pregunta: ¿POR QUÉ QUERÉS QUE TE REPRESENTEN? ¿Por qué esperar a que otrxs
hablen por vos? Podés alzar la voz o callar, mostrar las tetas o no mostrarlas,
ser madre o no ser madre, depilarte o ponerte ruleros en las axilas,
“arreglarte” o “dejarte estar” (es decir, hacer lo que se te cante con TU
cuerpo), salir a la calle sin miedo a las 3 de la mañana o quedarte en tu casa
leyendo.
EL FEMINISMO TE CONVOCA: No esperes a que te
representen. Tramemos juntas la próxima estrategia. Nadie mejor que otra mujer
para entender desde dónde hablás.
Vení a la próxima reunión, a la asamblea, a la calle.
Vení a parar el 8 de marzo.
Regalanos tu presencia. Presentate, contános quién sos
y por qué estás o no de acuerdo. Presentanos tus ideas.
No somos infalibles. Tenemos aciertos y errores.
Necesitamos tu opinión y queremos escucharte. Te estamos esperando.
María José Albaya
08/02/2017
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